En muchas ocasiones, leemos o escuchamos historias en donde una persona deja de lado un proyecto, porque comenzaron a tener muchos obstáculos. Pensaron que eran tantos impedimentos los que tenían que la mejor opción era desistir. Sin embargo, este no es el caso de Mateo, un niño filipino al que las ganas de estudiar no le falta.
Luego de que su madre falleciera debido a complicaciones con un embarazo, él y su hermanito de dos años quedaron huérfanos. Ante ello, tuvo que tomar la responsabilidad de cuidar de su menor hermano, ya que su padre debía salir a trabajar como carpintero para llevar el sustento a casa.
Mateo, a pesar que tiene que hacerse cargo de su hermano en ausencia de su padre, no ha considerado que eso sea impedimento para dejar de estudiar. Al contrario, él manifiesta que quiere seguir educándose y le dijo a su maestra de la escuela que tendría que llegar con su hermano al colegio.
Creo que la historia de los hermanos muestra el amor y la atención que Mateo siente por su hermano. Mi preocupación es el bienestar de mis alumnos que están teniendo problemas con su educación debido a la pobreza y la falta de orientación. Nuestro papel como profesores no sólo es enseñar sino también tocar la vida de nuestros alumnos.
Sólo quería ayudar. Nos gustaría dar las gracias al gobierno local que tomó una acción inmediata para ayudar a la familia de Mateo después de leer mi publicación. Agradecemos a todas las personas que han extendido sus brazos ayudando a nuestros alumnos.”