El equilibrio emocional está habitado por la calma y regido por una adecuada armonía interna. Llegar hasta este estado no es fácil; sin embargo, podemos lograrlo a través de sencillas estrategias. Entendemos este concepto como sinónimo de bienestar y, ante todo, de salud.
En el mundo actual, las cosas pasan demasiado rápido. La inmediatez de la información y la comunicación han llevado a que todo suceda a una velocidad extraordinaria.
Además, cada vez se nos demanda que hagamos más cosas en menos tiempo. Todo tiene que ser automático, instantáneo, estar a un Whatsapp de distancia.
En este contexto, es normal que vivamos con los nervios alterados, y nos cueste mantener la paciencia. Sin embargo, lograr bajar el ritmo y tomarse tiempo para pensar, para relajarse, y, al final, para dejar que las cosas sucedan es una de las mejores cosa que se pueden hacer.
Debemos aprender a canalizar nuestros sentimientos para ser capaces de mantener un equilibrio emocional. Un enfoque adecuado de la realidad que nos rodea puede ayudarnos a adaptarnos mejor a ella.
1. Aprende a respirar
Cuando pensamos en las cosas que tenemos que hacer y a las que todavía no llegamos produce reacciones similares a las del estrés. Entre ellas, la amígdala cerebral se ve afectada (que es la zona del cerebro que se ocupa de las emociones).
Entonces, el cerebro bloquea la corteza prefrontal, impidiendo que tomemos decisiones claras.
Es por eso que cuando estás nervioso o impaciente, te cuesta pensar con claridad. La buena noticia es que la amígdala se calma con oxígeno. Por eso, si aprendes a realizar respiraciones profundas cuando te notas impaciente, en pocos minutos te sentirás mucho mejor.
4. Coopera de forma positiva en la conversación
Cuando nos encontramos en una conversación difícil es natural que nuestros pensamientos y acciones se enfoquen en nosotros mismos. Por ello, sentimos que la otra persona nos ataca, la vemos como una enemiga y solemos combatir durante el diálogo.
Para mantenerse calmado durante una conversación que se salga de control es necesario abocarse a encontrar una solución que sea mutuamente beneficiosa; así lograremos que la discusión sea enriquecedora y agradable.
5. Escucha
Escuchar, además de encontrarse dentro de las normas del buen hablante y del buen oyente, también tiene la capacidad de ayudarte a mantener la calma durante una ardua conversación.
Ya que te permite entender lo que dice la otra persona y obtener las herramientas necesarias para lograr una respuesta oportuna, positiva y beneficiosa para ambos.
6. Ten en cuenta los factores que pueden afectar tu autocontrol
Todos podemos perder el control en algún momento, pero es más difícil que eso ocurra cuando conocemos y trabajamos en los factores que afectan el autocontrol.
Para ello, lo mejor es tomar nota o tener una lista de las palabras, gestos o acciones que pueden afectar tu autocontrol. Esa lista debes colocarla en un lugar visible para ti para estudiarla diariamente e ir progresivamente eliminando la influencia de ellos en tu estado de ánimo.
Mediante esta técnica se puede evitar una reacción emocional negativa, ya que en lugar de responder rápidamente al comentario podrás, mantener la calma y buscar la mejor respuesta.